La Necrópolis de Revenga se remonta al siglo IX. Es uno de los conjuntos arqueológicos más emblemáticos de la zona y ofrece, además del extraordinario interés arqueológico, otro turístico no menos significativo. Parece que este singular conjunto de enterramiento estaba presidido por un pequeño templo Altomedieval, situado en la plataforma rocosa de que aún quedan algunos indicios.
Aparecen en la necrópolis una serie de insculturas y grabados muy sugestivos y enigmáticos. Se compone de 145 tumbas labradas en roca y orientadas de poniente a levante. Presentan distinto tamaño y forma: Antropomorfas, con cabeza redondeada o con arco de herradura, tipo bañera y amigdaloides.
Al igual que en Cuyacabras, da la impresión de agruparse las sepulturas por clanes familiares. Al difunto, debidamente amortajado, se le colocaba decúbito supino (boca arriba) y la tumba se cubría con una losa de piedra de una pieza.