Castrillo de la Reina es uno de esos lugares donde la tradición y la historia hunden sus raíces en un pasado lejano.
Enclavado en plena Sierra de la Demanda encontramos este precioso pueblo, muy conocido por su famosa representación «Los Siete Infantes de Lara»; pero Castrillo tiene mucho más que mostrar al visitante.
A tan solo 70 km de la capital, este pueblo guarda con recelo la esencia serrana en su arquitectura popular y sus aún bien conservadas chimeneas características de la vida en la Sierra.
Su Plaza Mayor fue reformada en 2003 aportando la solidez de la piedra y en la que se conserva una impresionante fuente, también de piedra, y que talló para el pueblo de Castrillo el dominico Padre Salas (residente en el municipio burgalés de Caleruega), creada en homenaje a la mujer castellana.
Destaca también, a lado de la plaza, su iglesia. La Iglesia Parroquial de San Esteban promártir, de estilo gótico tardío y donde se representa cada año la leyenda de Los 7 Infantes.
En la misma plaza se eleva vigilante el ayuntamiento, que fue reconstruido en 1977 por un incendio que se produjo un año antes.
El casco urbano de Castrillo de la Reina se estira a lo largo de una calle y siempre se encuentra muy bien cuidado.
HISTORIA
La villa perteneció a Alfoz de Lara y durante un tiempo dependió de la ciudad de Salas, denominándose Castrilleo y Castrillo de Salas. En sus cercanías se han encontrado restos neolíticos, celtas y prerromanos; y en su irregular orografía, han aparecido varias necrópolis y asentamientos humanos de los siglos IX y X.